Medina Azahara, capital de Al-Ándalus, faro del conocimiento. Las comitivas de reyes y nobles que visitaban la ciudad quedaban deslumbradas ante tanta belleza, por algo es llamada “la ciudad brillante”. El nuevo califato sería representado a través de la gran ciudad palatina de Madinat al-Zahra, ella sería la imagen visible de la riqueza, el poder y la cultura que se alcanzaría en Al-Ándalus, y especialmente en su capital.
Córdoba contó con numerosos talleres, en los que trabajaban artesanos traídos de todos los rincones del califato, dominaban a la perfección las técnicas constructivas y decorativas, prueba de ello son las valiosas piezas que podemos encontrar expuestas en museos de todo el mundo. La buena relación con el imperio bizantino promovió el intercambio cultural y económico de ambos, favoreciendo la riqueza y el crecimiento de la manufactura cordobesa haciéndola única en el mundo.
Los “capiteles de avispero” son una muestra perfecta de la belleza y exquisitez que alcanzó el arte andalusí. Este capitel es una evolución del capitel corintio compuesto influenciado por el arte bizantino, también especialistas en la técnica de trepanado.
Realizados tanto en caliza blanca cremosa como en mármol blanco, son fácilmente reconocibles por su minucioso y rico labrado.
Su profunda y precisa talla se realizó mediante el uso del trépano, un útil que usa el giro de una pequeña punta para perforar la piedra, la misma técnica decorativa era aplicada a las basas de las columnas. Esta decoración formada por infinidad de “agujeritos” le confiere ese aspecto de nido de avispas, de ahí su nombre (avispero).
En la parte superior, es común encontrar una pequeña franja con inscripciones en las que queda patente el nombre del director de obra, la fecha de elaboración así como una frase laudatoria al califa.
Con motivos florales (atauriques) y formando simetrías casi imposibles estos capiteles presentan labradas hojas de acanto.
En el siglo XI, sólo 75 años después de la fundación de la ciudad palaciega, Medina Azahara fue destruida y arrasada por los bereberes a consecuencia de la fitna de Al-Ándalus. Muchas piezas, entre ellas columnas completas, fueron usadas como material de acarreo acabando en palacios como la Alhambra o el Real Alcázar de Sevilla, también podemos verlos en baños árabes, monasterios o casas palaciegas. Su gran valor artístico e histórico los han convertido en piezas muy codiciadas por museos y coleccionistas de todo el mundo, aún nos siguen sorprendiendo de vez en cuando noticias de la aparición de un Capitel califal en alguna subasta importante.
En Córdoba puedes admirar la belleza de estas piezas tanto en Medina Azahara como en el museo arqueológico de la ciudad.