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La Custodia de Córdoba

Dentro del Conjunto Monumental Mezquita-Catedral de Córdoba podemos disfrutar de una gran cantidad de capillas. Algunas de ellas destacan por sus magníficos retablos, otras por las bellas rejas que las cierran, o incuso por los personajes ilustres que encontraron sepultura en estos espacios. Pero de entre todas ellas hay una que sobresale, no sólo por su arquitectura o por su tamaño, sino por lo que en ella se guarda. Me refiero a la Capilla del Cardenal Salazar, también conocida como capilla de Santa Teresa. En ella podemos disfrutar de la grandísima Custodia del Corpus Christi de nuestra ciudad, obra que no deja indiferente a nadie.

Situada en el centro de la capilla, se hace con las miradas de todo aquel que pasea cerca. Esta imponente obra de orfebrería fue realizada por el platero y orfebre Enrique de Arfe, de origen germánico que a principios del siglo XVI se encontraba en León para realizar la custodia de aquella catedral. En 1512 inicia la obra que le encargó el obispo de la diócesis de Córdoba,  Martín Fernández de Angulo, y aunque la terminó en 1515, no fue estrenada hasta la procesión del Corpus Christi de 1518 (el año pasado cumplió 500 años). Gracias a Arfe podemos presumir de tener una de las primeras custodias procesionales de tipo torre.

La Custodia de Córdoba, como ya hemos comentado, es de tipo torre. Con anterioridad, lo más habitual era procesionar la Sagrada Forma en un ostensorio, pero Arfe elabora esta magnífica arquitectura que reproduce la imagen de una torre de iglesia, de tipo gótico, en cuyo centro se coloca un viril con la Hostia Consagrada.

La estructura mide 2.63m de altura y pesa más de 200 kilos. Está realizada en plata maciza y sobredorada en algunas escenas, figuras y elementos decorativos. Lo que más llama la atención es la calidad de los detalles, la infinidad de pináculos y arbotantes que conforman la estructura, así como la gran cantidad de figuras de santos que decoran estos espacios. En la base, destacan una serie de escenas  enmarcadas por arcos trilobulados, donde se nos muestra distintos pasajes de la vida y pasión de Cristo. Debemos recordar que la mayor parte de la población era analfabeta y que gracias al uso de las imágenes, era difundida la doctrina cristiana. A este uso de las imágenes para educar se le denomina “biblia pauperum”, o lo que es lo mismo, la biblia de los pobres.

Curiosamente, la Custodia ha sido objeto de mejoras y añadidos posteriores, como la que se realizó en 1735. Ésta consistió en la colocación de un basamento dodecagonal decorado con escenas del cortejo que acompañaba por entonces a la procesión el día del Corpus, entre las que destacan carruajes decorados, músicos, o danzantes, que nos transmiten información sobre la manera de festejar este día en el siglo XVIII. Esta base estilizó y levantó en altura a la original de Arfe, facilitando también su transporte gracias a la colocación de unas asas.

Este año 2019, volveremos a disfrutar viéndola procesionar, el día 23 de junio, por las calles del Casco Histórico que serán perfumadas con distintas hierbas aromáticas a modo de alfombras, y contemplaremos la belleza de los altares temporales que distintas hermandades levantan en diferentes lugares de su recorrido. Aunque oficialmente el día del Corpus Christi se celebra en jueves, en muchas ciudades, como en Córdoba, se traslada al domingo. Y como es tradición, el cortejo lo abrirán los niños y niñas que este año han recibido su primera comunión.

Desde Vercórdoba visitas guiadas, os animamos a que visitéis el entorno de la Mezquita-Catedral el domingo 23 de junio, y que disfrutéis de la bonita tradición de sus altares, así como que os fijéis en los detalles de la Custodia, como el gracioso tintineo de las campanitas que decoran el tercio superior de su estructura.